miércoles, 13 de junio de 2012

Acerca del despegue.


Te veo desamparado, decaído, malogrado, loco… 
Quiero sostenerte y no dejarte caer, no dejarte hundirte en la oscuridad, que no te lleve la locura, pero, poco a poco te alejas, me vas dejando, tu cabeza se llena de ideas extrañas, raras y coherentes, mezclándose en un confuso torbellino, que sale por tu boca de manera aleatoria sin orden ni concierto.

Desearía poder soportarlo, pero cada vez me siento sin menos fuerzas, cada vez los ojos se me empañan mas rápido de lagrimas, cada vez que te hundes yo me hundo contigo.
Pienso en las demás razones que te doy para continuar viviendo, esas que tu ignoras, o que simplemente das por innecesarias, y son razones que frente a tus desvaríos pierden significado, pierden peso y pierden credibilidad.

Quiero seguirte, allá donde vayas, ser tu tabla salvavidas, ser tu cuerda al mundo cuerdo. Deseo tanto poder mirarte y encontrar es esa mirada ese deje de amor, esa pizca de gracia que siempre te ha caracterizado. Ojalá pudieras ver lo que yo veo, nunca sentir son sentimientos demasiado horribles para tu alma renaciente.
Quiero ir contigo, hombro con hombro.


Pero me es imposible, has avanzado demasiado y alcanzarte se me hace una tarea imposible, así que incumpliendo mis promesas te dejo marchar, pero no te hundes, es mas te elevas.
Despegas lo poco de tu alma que queda en este mundo y lo dejas atrás, nos dejas atrás, me dejas atrás. 

Mientras, desde mi humilde posición, observo lo que queda de lo que fue tu sombra, hundiéndome poco a poco, sin posibilidad de remontar, y sintiendo como mis fuerzas te ayudan a ti, dejándome deslizarme sola en este angustioso descenso.



jueves, 3 de mayo de 2012

This is the way you left me.

This is the way yoy left me. I'm not pretending. No hope no love no glory, no happy ending.


Girando la cabeza, esperando verte desaparecer, con tu mano, marcando mi mejilla, roja por la fuerza del golpe.
Espero, con todas mis fuerzas no volverte a ver. No tener que soportar tu lastima. No ver tu felicidad.
No quiero tu compasión. Soy demasiado orgullosa.
Me avergüenzo de mis sentimientos, y me insto a continuar.
Quiero llorar.No. No quiero llorar.
No quiero ser débil, no voy a ser débil, antes sangraran mis puños, mis uñas o las palmas de mis manos. Antes eso que llorar.
Así, que mientras alejas de mi  tu presencia, me permito el lujo de sentarme cual indio, apresar mis labios entre mis dientes, y apoyar mis codos en mis rodillas, con la esperanza de que tardes poco.
No quiero mirarte, por que se que la luz me dará e lleno, haciéndome parpadear, y soltar las lágrimas que se acumulan en mis ojos.
"Sería culpa del sol en todo caso"
Pero las lágrimas no dejan de ser mías.
Y tus palabras y actos no dejan de ser los causantes.
Yo no soy la mala de la película. Tú tampoco.
Hasta que no me vea en condiciones de volver a andar no me levantaré.


Tú, y tu bofetada seréis condenados a la más profunda soledad dentro del más oscuro cajón en la parte más alejada de mi alma.

Donde no me puedas dañar.



martes, 10 de abril de 2012

Alas

Y ahí estaba. Unas hermosas alas presidiendo su espalda, dándole una profundidad digna de admiración.
Las alas, tatuadas en su cuerpo, simple tinta distribuida de tal manera que al mirarla, se asociaran con esa majestuosidad que ella siempre hubiese deseado trasmitir. Ya, que con el movimiento de hombros, se creaba esa danza de músculos, girando en torno a la columna vertebral de la muchacha.
Invitándote a tocarlas, seducidos por su embrujo, ansiando elevarla a lo más alto, queriendo hacerla volar.

Pero, si alguna vez deseo estar en el cielo, que lo hizo y en múltiples ocasiones, no podría haber imaginado mejor escenario que el que en ese momento se le presentaba ante ella. No cabría en su imaginación y nunca hubiera aceptado, que su devoción, alojada a sus espaldas, no la acompañara, o la ayudase a tocar la cima.
Nunca se le paso por la cabeza, que la única forma de tocar el cielo, fuera sepultando sus hermosas alas en un colchón, dejándolas fuera de juego.
De cara al azul infinito, y con un cuerpo ajeno acompañándola.
Flotando sin llegar a volar.

miércoles, 7 de marzo de 2012

Artículo 1º

Sentí su mirada en clavada en mi persona, y quise morir.
Ascendiendo por mi garganta un malestar y bajando mi presión arterial, sentí  mis párpados caer, y mis ideas entremezclarse.
Y súbitamente todo explotó, haciéndome quitar.
Quise que apartara la mirada, que parase esa tortura y que me dejaran escapar.
Quise soltar las lágrimas que se acumulaban en mis ojos y que me impedían ver con claridad, haciéndome más vulnerable, sintiéndome más vulnerable.
La garganta quemaba tras el furioso grito, y mi mente se cerraba. Ahora comprendo lo inútil de mis actos.
No pude correr, mis piernas estaban congeladas y mis brazos caían laxos en ambos costados de mi cuerpo.
Dejé que se acercara a mí, recibiendo una corriente de aire frio colándose entre mis ropas.
Su capa rozó mi brazo, el cual quedó congelado, para después percibir un ardor desde el interior.
Emitiendo un quedo quejido, pasó de largo, me ignoró y siguió con su camino.


Y yo, quieta, temblorosa y dolorida, no hice más que despertarme sudorosa y agitada.
Una escena tan común, tan leída y tan vista, que me da hasta pena publicarla, pero no me puedo callar… y gritar no es ninguna posibilidad.

lunes, 27 de febrero de 2012

Tururú.

Vamos a ver.
Dejémonos de lamentaciones y de inseguridades.
Vamos a dar la cara y a luchar.
Seamos valientes y aprendamos a quitarnos el sombrero cuando perdamos.
Transformemos nuestra nostalgia en recuerdos y nuestro dolor en bonitas bolitas de colores.
Seamos como esos edificios japoneses, ondeantes y flexibles ante cualquier mal...
Dejemos que los males queden relegados a un segundo plano y unámonos a este gran fenómeno, llamado remontada.
Dejémonos de niñerías y de babosadas, que ya tenemos una edad para andar lamentándonos por las esquinas.
Vamos a dar ejemplo de alguien fuerte, vamos a dar a conocer nuestra valía.
Y cuando hayamos experimentado todo eso... pasemos a preguntarnos por qué hoy, tengo las uñas pintadas de naranja...

¡Joder!
¡Los putos asteriscos en las rayas de la cebra rosa tumbada en mi cama no me dejan concentrarme!

sábado, 28 de enero de 2012

Se ríen de ti.

Se ríen de ti.
De su incapacidad para odiar y de tus buenos modales.
De tu sonrisa y de tus buenos ratos, de tus personas cercanas, y de aquellos que se preocupan de ti.
Se ríen de tu ignorancia y de tu credibilidad hacía diversos temas sin importancia.
Se ríen de tu suerte, y de su poder sobre ti.
Bueno… no se ríen, se saben ganadores de una batalla que  transciende desde el principio de los tiempos.
Se saben ganadores, porque no tenemos armas para luchar contra ellos.
Y aunque pongamos todos los medios y todas las trabas posibles, ellos llegan, y se ríen de ti.
Te controlan.
Se alegran de tus lloros y se ríen de tus ruegos.
Algunos dicen que los ven, otros los sienten. Hay gente no lo sabe, y es la mayoría. Hay personas a las que poco o nada les importa.
Y hay quienes viven para morir.

miércoles, 18 de enero de 2012

Yo tengo, tu tienes, él tiene, nosotros tenemos....

Hay muchas cosas.Creo que demasiadas, pero, no se porque, no me canso de ninguna de ellas.
Tengo muchas personas dentro.
Tengo buenos momentos, y muchas, muchas sonrisas.
Aunque parezca infantil, hay muchos objetos que significan mucho para mi.
Tengo también cosas malas guardadas, esas cosas que por mucho que quieras, no las puedes olvidar, y que te causan tal impresión, que por más que pienses en ellas no las ves ni el principio, ni el fin.
Tengo peleas e insultos, muchos muy malsonantes. Dirigidos hacia mí, hacia mis amigos, o hacia mi madre.
Tengo también una torta, una bofetada, como queráis llamarlo, y sigo guardando el tic de tocarme la mejilla cada vez que pienso en ella y en su cara defraudada.
Tengo bromas, las que yo misma he hecho, y de las que he sido victima, y la verdad, no se si reírme o enfadarme.
Supongo que la primera opción es más sana.
Tengo experiencias, y muchas lecciones que voy olvidando, para recordarlas de la manera más brusca.
Tengo sentimientos, de todo tipo, amor/odio, y todos sus derivados.
Tengo sobrecarga de conciencia.
Tengo mucho errores, y la mayoría de ellos condicionaron mi vida.
Tengo suspenso en la mitad de las cosas más importantes, y aprobados en las cosas más insignificativas. Hablamos de la vida ¿sí?
Tengo varios problemas con difícil solución, que no quiero recordar ahora.
Tengo respuestas a preguntas contestadas, simplemente haciendo bulto.
Tenía miedos, ahora les llamo inseguridades, creo, que porque queda más profesional.
Tengo un bonito motivo para sonreír, y otro amargo para llorar.
Tengo tantas cosas, que nunca acabaría de escribirlas.
Supongo, que otro día me acordaré de todos esos problemas, les recordaré y el olvido perderá otra batalla.
Pero hasta entonces, intentaré ser feliz, con todo lo que tengo.

domingo, 8 de enero de 2012

Bulletproof

Esta vez, no desistiría.Tenía un propósito y medios para cumplirlo.
Oh sí, esta vez, nadie me impediría lograrlo.
Eliminaría la distancia de nuestro cuerpo y juntaría mis labios a los suyos.
Le haría ver, sentir y comprender mi amor.
Estaba dispuesta a enamorarle.
Lo hice, le besé.
Mis ojos se cerraron en ese superficial beso.
Sentí algo parecido a la felicidadad con la ansiedad mezclada.
Creí que el me correspondía... estaba segura. ¡Tenía pruebas!
Pero es esa sala, sentada a su lado, mirándole a los ojos, esperando que reaccionara, sentí mis fuerzas flaquear.
No decía nada. 
Y eso solo era una mala señal.
Seguramente estuviera intentando buscar las palabras adecuadas para pisotear mis ilusiones de una manera que no resultara muy brusca.
Sin aguantar mi orgullo, y con un dolor creciente en el pecho, me levante, sintiendo como mi cerebro me regañaba por dañarme a mi misma.
Y en la puerta, a cinco centímetro de distancia del pomo de la puerta, una presencia se recargó en mi espalda.
Unos labios besaron mi cuello.
Y un quedo "quédate" atinaron a diferenciar mis oídos.
Y automáticamente, los nervios de todo mi cuerpo se activaron, el vello se me erizó y mi mano se tambaleó en el aire.
Di la vuelta, abrazandole y apoyando mi cabeza en su hombro, dejando escapar un suspiro quebrado... me llegaban los rápidos latidos de su corazón y con una sonrisa, le volví a besar.

-No podía ocultarlo más -empecé, alejándome de su calidez de manera remolona para mirarle a los ojos- se me nota a la legua que te quiero.

-Tonta, yo también te quiero.

jueves, 5 de enero de 2012

Sueños.

Y vuelves a entrar en mi vida.
Revolviéndolo todo, haciéndome sentir sensaciones olvidadas.
Mi cabeza antes fría y calculadora era presa fácil de tus palabras bonitas, llenas de encanto y buena fe.
Claro, que no siempre eras tú.
La mitad de la culpa era mía, por creerte y dejarme hacer.
De verdad, en esos momentos pensaba que tus proposiciones eran la opción más acertada, y me regañaba mentalmente por que no se me hubiera ocurrido a mí. Ahora me doy cuenta, que todo era tan bonito, tan ideal, tan sumamente utópico por que era un sueño.
Y los sueños, sueños son.
Quizás hubiera sueños que se podían cumplir, por lo tanto eran sueños soñables. (?)
Pero la otra cara de la moneda, era que la mitad de los sueños son, eran, y serán imposibles.


miércoles, 4 de enero de 2012

Tiempo al tiempo

Caías en un abismo profundo.
Te alejabas de todo lo que te quedaba.
Se desmoronaba tu coraza y dejabas paso a las lágrimas.
La soledad de tu morada te acompañaba, creando un ambiente difícil de soportar.
Pero ahí estabas tú.
Contra todo pronostico intentando salir adelante.
"Solo un día más" Te repetías una y otra vez. Incumpliendo tu palabra en cada nueva salida del sol.
Pero a veces, sonreias, mirabas al cielo desde tu ventana y dejabas atrás el dolor, para sonreir... para ser feliz durante unos míseros segundos.
"Ellos no te querrían ver así" Era la frase que te proporcionaban los sabios labios de tu psicólogo.
No entendía, que tú solo pedías tiempo.
Y estabas de vacaciones, ¿A quien cojones le importaba si te encerrabas en tu habítación, en tu casa, o en tu corazón sin límite de tiempo?
Porque después de su muerte, habiéndote dejado sola, seguían en tu cabeza.
Sus rostros desfigurados por el fuego, tus intentos por llegar al móvil que había ido a parar un metro lejos de tu alcance y tu pierna apresada por el hierro, haciendo imposible tu propósito.
El puto coche, el puto accidente, la puta espera...
No se llegó a tiempo.
Sin duda, ese fue el peor día de tu vida... habría más días, no peores, pero en tu mente te repetías incansablemente que no te podías rendir, llevabas a tus espaldas la carga de vivir por ellos.
Y nadie te quitaría ese privilegio.



Volviendo a la situación actual, a tu estancia en soledad y dejando de lado tus grandes planes para tu futuro...
Tiempo al tiempo.