Te veo
desamparado, decaído, malogrado, loco…
Quiero sostenerte y no dejarte caer, no dejarte hundirte en la oscuridad, que no te lleve la locura, pero, poco a poco te alejas, me vas dejando, tu cabeza se llena de ideas extrañas, raras y coherentes, mezclándose en un confuso torbellino, que sale por tu boca de manera aleatoria sin orden ni concierto.
Quiero sostenerte y no dejarte caer, no dejarte hundirte en la oscuridad, que no te lleve la locura, pero, poco a poco te alejas, me vas dejando, tu cabeza se llena de ideas extrañas, raras y coherentes, mezclándose en un confuso torbellino, que sale por tu boca de manera aleatoria sin orden ni concierto.
Desearía
poder soportarlo, pero cada vez me siento sin menos fuerzas, cada vez los ojos
se me empañan mas rápido de lagrimas, cada vez que te hundes yo me hundo
contigo.
Pienso
en las demás razones que te doy para continuar viviendo, esas que tu ignoras, o
que simplemente das por innecesarias, y son razones que frente a tus desvaríos pierden
significado, pierden peso y pierden credibilidad.
Quiero
seguirte, allá donde vayas, ser tu tabla salvavidas, ser tu cuerda al mundo
cuerdo. Deseo tanto poder mirarte y encontrar es esa mirada ese deje de amor,
esa pizca de gracia que siempre te ha caracterizado. Ojalá pudieras ver lo que
yo veo, nunca sentir son sentimientos demasiado horribles para tu alma
renaciente.
Quiero
ir contigo, hombro con hombro.
Pero me
es imposible, has avanzado demasiado y alcanzarte se me hace una tarea
imposible, así que incumpliendo mis promesas te dejo marchar, pero no te
hundes, es mas te elevas.
Despegas
lo poco de tu alma que queda en este mundo y lo dejas atrás, nos dejas atrás,
me dejas atrás.