sábado, 28 de enero de 2012

Se ríen de ti.

Se ríen de ti.
De su incapacidad para odiar y de tus buenos modales.
De tu sonrisa y de tus buenos ratos, de tus personas cercanas, y de aquellos que se preocupan de ti.
Se ríen de tu ignorancia y de tu credibilidad hacía diversos temas sin importancia.
Se ríen de tu suerte, y de su poder sobre ti.
Bueno… no se ríen, se saben ganadores de una batalla que  transciende desde el principio de los tiempos.
Se saben ganadores, porque no tenemos armas para luchar contra ellos.
Y aunque pongamos todos los medios y todas las trabas posibles, ellos llegan, y se ríen de ti.
Te controlan.
Se alegran de tus lloros y se ríen de tus ruegos.
Algunos dicen que los ven, otros los sienten. Hay gente no lo sabe, y es la mayoría. Hay personas a las que poco o nada les importa.
Y hay quienes viven para morir.

miércoles, 18 de enero de 2012

Yo tengo, tu tienes, él tiene, nosotros tenemos....

Hay muchas cosas.Creo que demasiadas, pero, no se porque, no me canso de ninguna de ellas.
Tengo muchas personas dentro.
Tengo buenos momentos, y muchas, muchas sonrisas.
Aunque parezca infantil, hay muchos objetos que significan mucho para mi.
Tengo también cosas malas guardadas, esas cosas que por mucho que quieras, no las puedes olvidar, y que te causan tal impresión, que por más que pienses en ellas no las ves ni el principio, ni el fin.
Tengo peleas e insultos, muchos muy malsonantes. Dirigidos hacia mí, hacia mis amigos, o hacia mi madre.
Tengo también una torta, una bofetada, como queráis llamarlo, y sigo guardando el tic de tocarme la mejilla cada vez que pienso en ella y en su cara defraudada.
Tengo bromas, las que yo misma he hecho, y de las que he sido victima, y la verdad, no se si reírme o enfadarme.
Supongo que la primera opción es más sana.
Tengo experiencias, y muchas lecciones que voy olvidando, para recordarlas de la manera más brusca.
Tengo sentimientos, de todo tipo, amor/odio, y todos sus derivados.
Tengo sobrecarga de conciencia.
Tengo mucho errores, y la mayoría de ellos condicionaron mi vida.
Tengo suspenso en la mitad de las cosas más importantes, y aprobados en las cosas más insignificativas. Hablamos de la vida ¿sí?
Tengo varios problemas con difícil solución, que no quiero recordar ahora.
Tengo respuestas a preguntas contestadas, simplemente haciendo bulto.
Tenía miedos, ahora les llamo inseguridades, creo, que porque queda más profesional.
Tengo un bonito motivo para sonreír, y otro amargo para llorar.
Tengo tantas cosas, que nunca acabaría de escribirlas.
Supongo, que otro día me acordaré de todos esos problemas, les recordaré y el olvido perderá otra batalla.
Pero hasta entonces, intentaré ser feliz, con todo lo que tengo.

domingo, 8 de enero de 2012

Bulletproof

Esta vez, no desistiría.Tenía un propósito y medios para cumplirlo.
Oh sí, esta vez, nadie me impediría lograrlo.
Eliminaría la distancia de nuestro cuerpo y juntaría mis labios a los suyos.
Le haría ver, sentir y comprender mi amor.
Estaba dispuesta a enamorarle.
Lo hice, le besé.
Mis ojos se cerraron en ese superficial beso.
Sentí algo parecido a la felicidadad con la ansiedad mezclada.
Creí que el me correspondía... estaba segura. ¡Tenía pruebas!
Pero es esa sala, sentada a su lado, mirándole a los ojos, esperando que reaccionara, sentí mis fuerzas flaquear.
No decía nada. 
Y eso solo era una mala señal.
Seguramente estuviera intentando buscar las palabras adecuadas para pisotear mis ilusiones de una manera que no resultara muy brusca.
Sin aguantar mi orgullo, y con un dolor creciente en el pecho, me levante, sintiendo como mi cerebro me regañaba por dañarme a mi misma.
Y en la puerta, a cinco centímetro de distancia del pomo de la puerta, una presencia se recargó en mi espalda.
Unos labios besaron mi cuello.
Y un quedo "quédate" atinaron a diferenciar mis oídos.
Y automáticamente, los nervios de todo mi cuerpo se activaron, el vello se me erizó y mi mano se tambaleó en el aire.
Di la vuelta, abrazandole y apoyando mi cabeza en su hombro, dejando escapar un suspiro quebrado... me llegaban los rápidos latidos de su corazón y con una sonrisa, le volví a besar.

-No podía ocultarlo más -empecé, alejándome de su calidez de manera remolona para mirarle a los ojos- se me nota a la legua que te quiero.

-Tonta, yo también te quiero.

jueves, 5 de enero de 2012

Sueños.

Y vuelves a entrar en mi vida.
Revolviéndolo todo, haciéndome sentir sensaciones olvidadas.
Mi cabeza antes fría y calculadora era presa fácil de tus palabras bonitas, llenas de encanto y buena fe.
Claro, que no siempre eras tú.
La mitad de la culpa era mía, por creerte y dejarme hacer.
De verdad, en esos momentos pensaba que tus proposiciones eran la opción más acertada, y me regañaba mentalmente por que no se me hubiera ocurrido a mí. Ahora me doy cuenta, que todo era tan bonito, tan ideal, tan sumamente utópico por que era un sueño.
Y los sueños, sueños son.
Quizás hubiera sueños que se podían cumplir, por lo tanto eran sueños soñables. (?)
Pero la otra cara de la moneda, era que la mitad de los sueños son, eran, y serán imposibles.


miércoles, 4 de enero de 2012

Tiempo al tiempo

Caías en un abismo profundo.
Te alejabas de todo lo que te quedaba.
Se desmoronaba tu coraza y dejabas paso a las lágrimas.
La soledad de tu morada te acompañaba, creando un ambiente difícil de soportar.
Pero ahí estabas tú.
Contra todo pronostico intentando salir adelante.
"Solo un día más" Te repetías una y otra vez. Incumpliendo tu palabra en cada nueva salida del sol.
Pero a veces, sonreias, mirabas al cielo desde tu ventana y dejabas atrás el dolor, para sonreir... para ser feliz durante unos míseros segundos.
"Ellos no te querrían ver así" Era la frase que te proporcionaban los sabios labios de tu psicólogo.
No entendía, que tú solo pedías tiempo.
Y estabas de vacaciones, ¿A quien cojones le importaba si te encerrabas en tu habítación, en tu casa, o en tu corazón sin límite de tiempo?
Porque después de su muerte, habiéndote dejado sola, seguían en tu cabeza.
Sus rostros desfigurados por el fuego, tus intentos por llegar al móvil que había ido a parar un metro lejos de tu alcance y tu pierna apresada por el hierro, haciendo imposible tu propósito.
El puto coche, el puto accidente, la puta espera...
No se llegó a tiempo.
Sin duda, ese fue el peor día de tu vida... habría más días, no peores, pero en tu mente te repetías incansablemente que no te podías rendir, llevabas a tus espaldas la carga de vivir por ellos.
Y nadie te quitaría ese privilegio.



Volviendo a la situación actual, a tu estancia en soledad y dejando de lado tus grandes planes para tu futuro...
Tiempo al tiempo.