No he pedido quererle.

No he pedido quererle. Me sale solo.

Es un sentimiento que me destruye todas mis defensas de una tacada.

Un sentimiento que se mete en mi alma, sin permiso. Y no pide perdón.

Entra y me deja con ganas de más.

Se aprovecha de mi debilidad...



Me gusta tener cara de tonta.

Me gusta hacerme la loca cuando siento su mirada, cagada de emociones, en mi nuca.

Me gusta hacer una broma sobre un futuro incierto, donde estemos él y yo y sonrojarme.

Me gusta que me mire cuando yo le miro y apartar la mirada.

Me gusta él.

Me gusta gustarle.

Me gustaría que se me declarara.

Pero no todo tiene que ser malo si no lo hace.

Hasta que llegue ese momento seguiremos tonteando…

Me gusta tontear con él.